domingo, 30 de enero de 2011

Días buenos, días malos

En la vida de todo ser humano hay días buenos y días malos. Y hoy, a pesar de tener una buena racha, es un día difícil para mi. La penúltima mudanza de casa de mi madre, remueve, y el pensar que el martes ya empiezan a demoler, por una parte es liberador, pero por otra, significa que ya si que todo se acaba. Ya nunca más será mi casa. Ya se cierra una etapa de 42 años, donde he nacido, crecido y vivido. Aunque tengo mi casa llena de sus cosas, esa casa deja ya de ser la casa de mi madre. Ya no será más mi punto de referencia. Ya no podré abrir la puerta y oler su hogar. Y sentirme por unos minutos una niña. Es difícil de explicar.
Por otra parte mi prima no ha logrado superar el cancer y la semana que viene le quitan la garganta. Con cuarenta y pico años, va a tener que aprender a hablar por un tuvo el resto de su vida. No es fácil. Menos para ella.
Y ayer, finalmente, llegó el día en el que mi adicción volvió a despertar y me venció. No fue excesivo pero sucedió y algo me ha desequilibrado. Volver a encontrarme con ese monstruo que transforma llamado "adicción" no fue agradable. Ingenuamente, todo este tiempo he pensado que al haber sido capaz de vencer a la adicción durante 8 meses, de alguna manera estaba superado. Pero no es así. El bicho está dormido porque no le pones delante el problema, pero en cuanto hay un leve atisbo de XXX, la bestia despierta y empieza a dar coletazos. Y así fue. Los mismos gestos, los mismos pensamientos o la carencia de ellos. Me volví a encontrar con la de siempre durante unos minutos.
Y porqué cuento todo esto? Pues por que hoy he descubierto que esto no ha hecho más que empezar. Que hasta ahora he hecho régimen y es ahora realmente cuando empiezo a trabajar mi adicción. No son malas noticias, porque tengo conciencia de ello. Pero tampoco son buenas porque esto sigue ahí y no se por cuanto tiempo más ni con que intensidad.
Resumiendo, hay días buenos y días malos, y hoy no es un buen día.

sábado, 22 de enero de 2011

Volviendo a estar en el mercado

Bueno, pues es una realidad. Con 36 kilos menos, 41 años y soltera, una vuelve a las puertas del mercado (del ligoteo) casi de forma natural. Deja de ser invisible para el mundo (porque cuando se es obeso paradójicamente, es cuando mas invisible una se vuelve) para empezar a cobrar algo de protagonismo en las noches de copas y bailoteo de Madrid.
Pero ¡ay señores, como ha cambiado este cuento!....
Yo salí definitivamente del mercado como quien dice a mis 30 añitos, cuando conocí a Julián allá por el año 1998. Y del mercado de la noche, la verdad que salí con mi primer novio, Juan alrededor de los 20. Y de entonces es realmente de donde me viene el dulce recuerdo de ligar como se hacía antes.... Alguno había rapidillo que había que poner freno para poder determinar si interesaba o no, pero en lineas generales, existía el "flirteo" y esa famosa frase de "le está rondando un chico". Porque antes se hacían esas cosas inconsciente a la vez que sabiamente.
Recuerdo que pese a que Juan no trabajaba y yo si, me estuvo invitando a cenar durante dos meses antes de darme el primer beso. Me recogía siempre en el portal y ahí me depositaba horas después con un beso en la mejilla hasta la llamada del día siguiente. Hubo un momento incluso en que pensé que era homosexual, pero aún así le dejaba hacer porque en realidad sabía que me estaba conquistando. Y dos meses y medio mas tarde, después de una noche de bailoteo y copillas en Joy, llegó el primer beso en el coche de su padre.
Y con Julián... estuvimos 3 años de amigos intimos "sin intimidad" hasta que una noche de Agosto del año 2001, después de una cenita a la luz de las velas en el Viejo Almacén de Buenos Aires y unas copas en Rosales decidimos poner en riesgo nuestra amistad para poder disfrutar plenamente el uno del otro.
De esto ya hace casi 10 años. Y en 10 años, amigos, como ha cambiado este cuento. Por muchas razones, pero ahora salir a bailar o a ligar para mi es todo un desafío.

La fauna que frecuenta los garitos trae historias colgando que imposibilitan que cualquier acto de acercamiento a una mujer tenga algo de romántico. Para empezar porque el estado etílico o de drogadicción es casi inmesurable. Máxime cuando la menda, léase yo, estoy en la mas pura abstinencia para poder terminar de quitarme estos 9 kilitos que me faltan.
Luego pasamos al factor edad. O son torpes piolines o torpes divorciados. Los piolines apenas te dan tema de conversión y los divorciados no quieres que te lo den. Además vuelven al mercado con ganas de recuperar el tiempo perdido "así que vayamos rapidito al tema que he estado 15 años casado y quiero marcha...".
Y luego está, claramente, la torpeza de una, por la falta de práctica, falta de interés y evidentemente, falta de alcohol en las venas. No solo para ligar, sino que para bailar también. Pese a tener un peso y volumen más reducido, la falta de práctica hace que tanto los movimientos como las palabras broten a trompicones de dentro. En fin, toda una odisea. Todo un proceso de readaptación al nuevo medio.
Sin embargo hay algo en todo esto que es muy positivo. Y es volver a TENER GANAS.  De vestirse, de reírse, de salir, de probar, de mirar, de mirarse... incluso de ligar, si es que la vida decide que efectivamente todavía hay posibilidades.
De alguna forma hasta creo que es bueno pasar una temporada de no-enamoramiento pues ahora llega el momento de volver enamorarse de una misma, si es que alguna vez se estuvo. Llega el momento de comprometerse, descubrirse, flirtear, coquetear, conquistar pero a una misma, después de tantos años de alejamiento, distancia y maltratos.

Feliz Día de los Enamorados a todos/as, aunque sea 22 de Enero!